Reseña: El corredor del laberinto - James Dashner

Título: El corredor del laberinto
Autor: James Dashner

Saga: El corredor del laberinto (El corredor del laberinto - Las pruebas - La cura mortal)

Páginas: 374

Editorial: Nocturna Ediciones

Sinopsis:

Todo sigue un orden… y, sin embargo, al día siguiente suena una alarma. Significa que ha llegado alguien más. Para asombro de todos, es una chica. Su llegada vendrá acompañada de un mensaje que cambiará las reglas del juego. ¿Y si un día abrieras los ojos y te vieses en un lugar desconocido sin saber nada más que tu nombre? Cuando Thomas despierta, se encuentra en una especie de ascensor. No recuerda qué edad tiene, quién es ni cómo es su rostro. Sólo su nombre. De pronto, el ascensor da un zarandeo y se detiene. Las puertas se abren y una multitud de rostros le recibe. «Bienvenido al Claro —dice uno de los adolescentes—. Aquí es donde vivimos. Esta es nuestra casa. Fuera está el laberinto. Yo soy Alby; él, Newt. Y tú eres el primero desde que mataron a Nick».

Opinión personal:

El corredor del laberinto era un libro que me llamaba desde hace mucho, debido en parte a las buenas críticas que había escuchado, pero también al hecho de que parecía ser realmente adictivo, combinando en su interior intriga y aventuras. ¿Y sabes lo bien que te sientes al acabar un libro del que esperabas mucho y que ha cumplido completamente con tus expectativas? Después de varias decepciones (y otras muy buenas lecturas, no voy a negarlo), este libro me ha encantado, a sido ameno, ágil y con un ritmo trepidante que te impide dejarlo, para querer saber como acaba.

Thomas despierta solo en una caja de metal sin recordar nada excepto su nombre. La caja lo lleva hasta el Claro, un lugar donde chicos de más o menos su misma edad trabajan juntos para sobrevivir. Se encuentran rodeados de paredes, en medio de un gigantesco laberinto. Los corredores cada día salen a explorarlo con la esperanza de encontrar una salida, pero sin suerte. Además, ponen su vida en peligro debido a los laceradores, unos monstruos horribles mitad animal, mitad máquina. Sin embargo, cuando Thomas llega al Claro, la vida comienza a ponerse patas arriba: llega una chica (la única en dos años) y dice que no llegarán nuevos chicos, así mismo todo empieza a desmadrarse y deberán encontrar la clave del laberinto… O morir en el intento.

—Thomas, estoy hecho un lío, macho. Es raro estar triste y echar de menos tu casa, pero no tener ni idea de adonde quieres regresar, ¿sabes? Lo único que sé es que no quiero estar aquí. Quiero volver con mi familia. Sea lo que sea lo que me espere, lo que me hayan quitado. Quiero recordar.

La verdad es que al principio me imaginaba que sería un libro muy introductorio, ya que había demasiadas preguntas e incógnitas y ninguna respuesta. Además, si era una saga, ¿cómo iban a resolverse todo en el primer tomo? Pues bien, me equivoqué estrepitosamente. A lo largo de la novela se van descubriendo verdades, y además, James Dashner consigue meterte de lleno en la historia, angustiándote, emocionándote como al protagonista, Thomas.

Los personajes: Thomas, nuestro protagonista, me ha gustado por ser tan decidido y preocuparse por la gente a la que valora, en mi opinión  tiene una personalidad muy fuerte. Si bien en ocasiones me ha resultado algo exasperante, ha sido un buen protagonista. Chuck me ha encantado, por ser tan alegre e intentar siempre animar, incluso cuando llega a resultar pesado. La chica no me ha parecido una persona en la que lleguemos a profundizar mucho, más bien no se la llega a conocer bien. Los personajes secundarios han tenido un carácter nada plano y bien definido.

En general, es una novela para nada predecible, con muchos giros de la trama y descubrimientos increíbles que te robarán el aliento como si estuvieses viviendo las aventuras junto a Thomas. Eso sí, al final del libro, hubo un momento en el que los protagonistas no reaccionaron y tardaron un buen rato en darse cuenta de algo que era muy obvio (supongo que quien lo haya leído lo entenderá).

Thomas odiaba a la gente que había cogido a aquel pobre niño inocente y lo había apartado de su familia. Los odiaba con una intensidad que no sabía que alguien pudiera sentir. Quería matarlos, incluso torturarlos. Quería que Chuck fuera feliz. Pero les habían arrebatado la felicidad de sus vidas. Al igual que el amor.

La pluma de James Dashner me ha sorprendido, ya que es muy rápida y ligera a de leer, dando descripciones pero solo las justas y necesarios como para que te imagines el lugar en tu mente. Es una forma de escribir que me ha gustado mucho y que espero volver a leer en cuanto siga con la saga. Así mismo, el hecho de que el libro se lea tan fácilmente, se debe al ritmo trepidante, ya que después de una escena de mucha acción ya está volviendo a ocurrir algo que te impide dejar la novela.

Además quiero decir que en esta novela no hay amor. Quizá los personajes sí que sientan algo el uno por el otro, pero no ni una sola escena romántica o muestra de afecto en todo el libro. Otras cosas que nombro son la increíble trama y mundo que el autor ha creado, mezclando intriga y misterio con acción y aventura… Todo en una distopía original, diferente y, sobretodo cruel. Y por último, mención a la forma de hablar de los clarianos, que puede resultar liosa o extraña en un principio, pero a la que poco a poco te vas acostumbrando hasta parecer natural.

Por todo esto, El corredor del laberinto ha sido una buenísima lectura, sin duda amena y ligera, debido a toda la acción y el ritmo constante de la novela. La pluma de Dashner me ha encantado y espero descubrir más de esta distopía en el siguiente tomo, para ver como evolucionan las cosas. Nada introductorio y con buenas personajes, un rompecabezas que resolver y un mundo cruel, ¿a que esperas para meterte de lleno en las páginas de estos libros?

Valoración final:

Un buenísimo libro de aventuras y misterio

4,5 / 5

¿Lo que más? Toda la acción y el ritmo trepidante

¿Lo que menos? No sabría que decir

¿Lo habéis leído? ¿Si es así, qué os parece? ¿No lo habéis hecho? ¿Os llama? ¡Comentad y contadme!